viernes, 25 de diciembre de 2009

Antojo de Luna






Antojo de Luna

No me pidas la luna, niño,
envuelta en su halo de plata.
Ella nos guiará en el camino,
cuando la estrella se vaya.
Y en las noches más frías
al atardecer, o al alba,
desde el cielo te hará un guiño,
y te hablará sin palabras.
No quieras la luna, niño.
 La luna, solo hay que mirarla.

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