lunes, 18 de marzo de 2024

Aquel baúl olvidado

   

  


Hoy os quiero mostrar la restauración de un bonito baúl que llegó a mis manos hace mucho, mucho tiempo y por circunstancias varias fue quedando olvidado. Como tenía bastante carcoma, en aquel momento, lo llevé a tratar en autoclave y una vez saneado, ahí se quedó. Después de mil avatares en mi vida, un día decidí retomarlo así que busqué materiales y me puse manos a la obra. 

Casi fue una restauración integral, porque tenía la tapa en malas condiciones y no aguantaba ninguna intervención, así que decidí cambiar todo lo que estaba  deteriorado y empezar de cero.


Levantar toda la tapa fue lo mejor, para trabajar con más comodidad, aunque lo más complicado, ya que quería conservar los remates metálicos laterales, Así también los podía sanear.

   

También tuve que sanear las tablillas laterales que estaban muy estropeadas.

 

A partir de aquí, ya empecé la reconstrucción.
Puse tabla nueva a la tapa, rematada con la antigua chapa que previamente limpié y le di una imprimación. También coloqué las chapas superiores imprimadas.


    

Di una mano de pintura rojo inglés a las chapas de la tapa y pinté con negro forja los remates laterales. Empecé a colocar los travesaños de madera y los ángulos para sujetarlos. Una vez todos colocados, di una mano de tinte al agua color avellana y un acabado a la cera. Coloqué los embellecedores  de las tablillas superiores, después volví a retocar toda la pintura exterior y lo envejecí con betún de Judea. En  este momento, coloqué las asas nuevas, bien sujetas para que se pueda agarrar con seguridad ya que tiene bastante peso y les puse un embellecedor de cuero también, clavado con unos clavos dorados.
                 
 

Ahora viene la parte más bonita 


Forré con un papel grueso todo el interior para que no se notaran las posibles imperfecciones de la madera y empecé a  colocar la tela, sujetándola con grapas  cuidando de hacer primero las partes laterales y la división media para después poder tapar las grapas con los trozos más grandes de tela.


A continuación, una vez acabado todo el fondo, forré las partes que iban superpuestas para dar forma a   los cajoncitos de la tapa y la bandeja extraíble. Por último puse pasamanería a todo el contorno para tapar las posibles grapas que quedaran a la vista














¡Y éste es el resultado!