La luz, puede tener un impacto significativo en nuestro estado de ánimo, por eso es importante elegir la adecuada para cada momento. Por ejemplo, la luz natural, en especial la luz de la mañana puede mejorar nuestra energía y la positividad, al regular los ritmos circadianos. Por otro lado , la falta de luz, como en días nublados puede afectar negativamente el estado de ánimo y llevarnos a la fatiga y la melancolía.
Lo mismo ocurre con la iluminación interior: La luz fría y brillante es favorable para la concentración por eso es apropiada para cocinas y zonas de trabajo. La luz cálida y suave genera una atmósfera acogedora y relajada ideal para zonas de descanso como salas de estar o dormitorios.
En este caso que nos ocupa , mi idea era cambiar unas viejas lámparas para dos sitios concretos, un pasillo y una habitación y crear una iluminación acogedora. A veces, cuando cambiamos una estancia de la casa, bien porque pintemos las paredes o porque cambiemos el mobiliario, nos encontramos con un montón de cosas que retiramos porque no encajan en la nueva decoración. Podemos aprovechar los elementos que teníamos cambiandolos de estilo. Así que, a mi, que me encanta reciclar, aquí os dejo unas lámparas que dieron mucho de sí y llegó el momento de reciclarlas, solamente utilizando unas cintas de organza. Quedaron así de bonitas!!