Una de las cosas que más me gusta restaurar, son los baúles.
Desde mucho antes de saber que iba hacer en mi vida me gustaba rebuscar en ellos. Supongo que tienen algo de misterio, una historia, un viaje, cartas, fotos, historias de amor, ausencias, añoranzas, reencuentros... historias casi olvidadas vividas hace mucho tiempo, que permanecen dormidas dentro de cada uno. Cada uno tiene su historia particular, detalles propios que nos dicen como era su dueño, objetos perdidos en sus departamentos que se olvidaron en el tiempo.
Baúles que volvieron de Cuba, de Puerto Rico, de Montevideo, de Argentina....y de tantos lugares a donde emigraban nuestros antepasados.
¡Vamos a desempolvar algunos!
Hola, Irene, vaya razón que tienes con lo que comentas de los baúles.
ResponderEliminarCuando era pequeña ibamos a las casa de los vecinos mis hermanos mayores y yo a inspeccionar los baúles...cuanto "tesoro" había en ellos (aunque pensandolo hoy, no había nada interesante)...pero.
Me alegrea ver este blog, las manualidades son mi pasión, me encantan casi todas.
Ánimo y sigue así.
Ya te sigo
Esperanza.
Gracias por seguirme Esperanza, es verdad, yo pasaba tardes enteras buscando "tesoros".En aquellos momentos era lo más interesante que había para entretenerse. Aunque me costaba un triunfo abrirles la tapa...
ResponderEliminar