En nuestro afán de querer conservar estas joyas que dieron vida a muchas generaciones, las recuperamos para salvarlas del olvido.
El antes y después
Os cuento una breve reseña sobre este invento:
En 1830, el sastre francés Bartolomé Thimonnier construyó en St. Étienne (Francia) la primera máquina de coser. Una máquina de madera muy rudimentaria, que patentó en 1848.
En 1846 Walter Hunt patentaba en Nueva York la primera máquina de pespunte o punto de lanzadera, que no pudo comercializar por falta de financiación, así que vendió la patente a un fabricante llamado George Arrowsmith, que tampoco salió adelante.
En ese mismo año 1846, Elias Howe patentó la máquina con lanzadera sincronizada con la aguja. A partir de entonces, se fueron mejorando las prestaciones hasta que en 1851 Isaac Merrit Singer, un mecánico de Boston (Massachusetts) aportó un montón de innovaciones como la introducción del pedal, el prensatelas y la aguja perforada, convirtiéndola así en una máquina que revolucionó el mundo de la costura y, por consiguiente, el de la moda. Las máquinas de coser podían solventar la carga de trabajo de las industrias textiles, ya que antes de la primera revolucion industrial la ropa y el calzado se cosía a mano. Singer, patentó la máquina de coser a escala para uso doméstico en 1854
Algunos arreglos en proceso
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